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Giro en la política deportiva de Brasil: Prioridad al Deporte Social por sobre el alto rendimiento


1. Prioridad constitucional en la inversión deportiva

La Constitución Federal de Brasil (1988) establece que es deber del Estado fomentar las prácticas deportivas formales e informales, dando prioridad al deporte educacional, sin perjuicio del apoyo al deporte de alto rendimiento en situaciones específicas [1].


Esto implica que los recursos públicos deben destinarse preferentemente al deporte en escuelas, comunidades y proyectos sociales, y solo excepcionalmente al deporte profesional o de élite. Este principio busca equilibrar el acceso al deporte y su función educativa y de inclusión social, especialmente en contextos vulnerables.


2. Órganos responsables de la inversión deportiva federal

  • 2020–2022: La política deportiva estuvo a cargo de la Secretaría Especial del Deporte, dentro del Ministerio de Ciudadanía [2]. Durante este período, se priorizaron programas de apoyo al alto rendimiento, como el "Bolsa Atleta", así como transferencias a confederaciones deportivas nacionales.

  • Desde 2023: Se reestableció el Ministerio del Deporte como cartera independiente, con una orientación declarada hacia la recuperación del deporte educacional y comunitario [3]. El nuevo enfoque busca ampliar el acceso a la práctica deportiva en las escuelas públicas, periferias urbanas y comunidades indígenas y quilombolas.


3. Evolución de la inversión federal (en millones de USD)

Año

Deporte Educativo y Comunitario (MM USD)

Deporte de Alto Rendimiento (MM USD)

Variación Educativo (%)

Variación Alto Rendimiento (%)

2020

32,1

47,1

0,0%

0,0%

2021

26,4

42,1

-17,8%

-10,6%

2022

31,2

58,9

18,2%

39,9%

2023

44,0

55,1

41,0%

-6,5%

2024

80,0

60,0

81,8%

8,9%

Tipo de cambio aproximado: R$ 1 = USD 0,20.


4. Análisis de cumplimiento constitucional


Periodo 2020–2022

Durante este trienio, el modelo de inversión priorizó el alto rendimiento, en parte como herencia del ciclo olímpico anterior y del legado de los megaeventos deportivos en Brasil (como los Juegos Olímpicos de 2016). Programas como el "Bolsa Atleta" representaron una parte significativa del presupuesto, mientras que iniciativas de base como "Segundo Tempo" o convenios con escuelas fueron subfinanciadas. Esta configuración contravino el principio constitucional de prioridad educativa, ya que aproximadamente el 60–70% del gasto federal en deporte se orientó al alto rendimiento [4].


Periodo desde 2023 (Gobierno Lula)

Con el cambio de administración, se implementó una reestructuración institucional y presupuestaria. El Ministerio del Deporte fue reactivado con un nuevo discurso centrado en la inclusión social a través del deporte. Se anunciaron recursos ampliados para programas escolares, infraestructura en territorios vulnerables y formación deportiva desde la base.

En 2023, aunque el alto rendimiento aún recibió más recursos, la brecha se redujo significativamente. En 2024, por primera vez en cinco años, el presupuesto para deporte educativo supera al de alto rendimiento, tanto en reales como en dólares [5]. Esta inversión reforzada se justifica además en el contexto de reconstrucción social tras la pandemia, donde el deporte escolar es visto como una herramienta de salud y ciudadanía.


5. Conclusiones

  • La inversión en deporte educacional estuvo rezagada frente al alto rendimiento entre 2020 y 2022, lo que representa un incumplimiento parcial del mandato constitucional.

  • Desde 2023 se observa una recuperación del enfoque social del deporte, impulsada por el gobierno federal y materializada en políticas públicas concretas.

  • En 2024, el gasto educativo supera al de alto rendimiento, lo que podría marcar un cambio estructural en la política deportiva de Brasil.

  • No obstante, la sostenibilidad de esta nueva tendencia dependerá de la continuidad política, la eficiencia en la ejecución de programas educativos y la fiscalización del cumplimiento constitucional.


Este análisis permite concluir que, si bien ha habido una inversión históricamente desbalanceada, la tendencia reciente muestra una corrección en curso hacia la prioridad educativa establecida en la Constitución brasileña. El desafío para los próximos años será consolidar este giro con políticas permanentes, con foco en equidad territorial y participación juvenil.


Fuentes consultadas

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